Hay un arcón que guarda caricias y palabras
Acumula miradas y momentos
Están allí porque no los dejan transitar
No son brindados, ni recibidos,
Están estancados en el limbo del orgullo o del temor
Nadie se anima a dar el primer paso
OH! Qué terco es el Hombre!
Que deja escapar como arena entre los dedos
Momentos que ya no volverán
Si pudiera dejar atrás todo rencor y toda angustia,
Y liberar sus manos de esas pesadas cargas
Que no lo dejan ser en libertad
Para poder brindar un abrazo sin reservas
Y creer que es posible recomenzar
Si pudiera dejar atrás todo resentimiento y toda culpa
Para tener el corazón liviano y dejarse amar
Si hubo errores y heridas no fueron con malicia
Porque quien ama de a de veras no lastima queriendo
Y pide disculpas sabiendo que se puede equivocar
Pero el amor brindado siempre fue sincero
¿Y es que ha caído en vano en un vacío costal?
¿Donde guardas los te quiero
Que como sea te supieron dar?
Abre tu corazón herido
Porque en corazón cerrado no se puede palpitar
Borra tu mente de amargos recuerdos
Que de seguro también hubo luz algunos días
¿Es que no sabes que sin luz no puede haber oscuridad?
¡Rompe el candado que cierra el arcón!
No olvides, perdona
No sufras, renace
No reprimas, ofrece
Escucho voces a lo lejos
Que como ecos se confunden
Hijo… (silencio)
Mamá, Papá… (silencio)
¿Cuándo se harán más fuertes estas voces?
¿Cuándo se encontrarán esas almas?
¿O es que sólo yo las puedo escuchar?

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