Encuentro Memorable en un Café de Buenos Aires - RELATO BREVE

A la tarde, en un café de Buenos Aires, sentada a una mesita cuadrada y de añeja madera, 
una persona se ve abordada por un curioso e inquisitivo personaje, e inmersa en su tarea, 
no se percata de la presencia del inesperado visitante hasta que éste le habla… 

Personaje: - Veo que una vez más venís a instalarte aquí, te sentás ante esta pequeña mesa, pegado a la ventana, y te embarcás en esta tarea que se ha convertido en una rutina para vos.

El escritor sin despegar la vista del borrador que descansa en la madera gastada de la mesa, le contesta: 

Escritor: - Esto que hago no es una rutina, es mucho más que eso para mí. Este es uno de los lugares donde escribo, pero lo hago también en muchos otros.
Personaje: - Por ejemplo…
Escritor: - En el colectivo, el subte, la cocina de mi casa, el bolichito de turno donde almuerzo durante el descanso del trabajo, en fin…
Personaje: - Veo que es algo en lo que ponés mucho empeño. ¿Le dedicas mucho tiempo a esto de escribir?
Escritor: - Lo hago porque me gusta, porque yo existo a través de las palabras. ¿Cuánto es mucho tiempo?
Personaje: - ¿Y con qué escribís? … Papel, lápiz, lapicera, máquina, computadora…
Escritor: - Con pasión, con denuedo, con gusto y perseverancia.
Personaje: - ¿Te despojás de algo cuando escribís?
Escritor: - De la vanidad, el perfeccionismo, los prejuicios, la prisa, … 

El personaje percibe que el escritor, entusiasmado, no tiene intención de callar. Lo interrumpe…

Personaje: - ¿Y entonces con qué te quedás?
Escritor: - ¿Pero cómo? Con las palabras me quedo. Con las palabras.
Personaje: - ¿Y en qué te basas para crear tus textos?
Escritor: - ¡Mamma mía… Qué pregunta! En todo lo que rodea al Hombre; el barrio, la familia, los anhelos, los temores, las ideas, la Historia, las vivencias, los sueños…
Personaje: - Decime una cosa, ¿por qué escribís? Me pregunto siempre por qué escriben los escritores.
Escritor: - Uf… ¡Mirá las preguntas que hacés! Escribimos para expresarnos, para compartir nuestras ideas, emociones y experiencias; para informar, para educar, para contagiar el ánimo de aventurarse a escribir, para despertar el interés hacia la lectura, quizás también para trascender, para desahogarnos, para no olvidar, para que no nos olviden…

Nuevamente, viendo que el escritor hablaba despacio, sin pausa y sin prisa, el personaje lo interrumpió, temiendo que la lista nunca acabase. 

Personaje: - ¿Y lo hacés por el reconocimiento también, no? 

El escritor por primera vez, levanta la mirada del papel, y mira al personaje que lo estaba indagando. 

Escritor: - ¿Quién es usted? … Yo lo conozco… Veo que me tutea.
Personaje: - Yo también soy escritor, pero escribo de otra manera.
Escritor: - ¿Su nombre?
Personaje: - Soy la Vida, ¿El tuyo…?
Escritor: - Escritor, Maestro, Profesor, Periodista, Alumno…
Personaje: - Entiendo, entiendo. Me contestas la pregunta si sos tan amable…
Escritor: - No, qué va. No lo hago por el reconocimiento. Lo hago para cumplir mi sueño todos los días, es el sueño de muchos ¿vió?
Personaje: - ¿Y cuál es ese sueño?
Escritor: - Que las palabras nunca mueran, y menos aun sin haber nacido, ahogadas en un tintero.

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