En Silencio - RELATO BREVE

Padre e hijo siempre se habían llevado mal. No se puede decir de quién era la culpa. Se dice que en las peleas y las discusiones la culpa es de las dos partes. Se querían, sí, pero eran los dos tan orgullosos… 

En más de una ocasión se dijeron cosas hirientes, eran palabras que marcaban el corazón como si fueran pequeños hierros candentes que dejan cicatrices y cenizas. 

Los años pasaron y ya ninguno sabía por qué habían dejado de hablarse. En cada celebración, cada festejo, una ausencia marcaba las familias, un silencio oprimía las gargantas cuando al brindar faltaba una copa. 

Cinco largos años habían pasado cuando el hijo, nervioso y lleno se ansiedad se paseaba en los pasillos de una clínica. No había llegado a tiempo para entrar al quirófano. Recién cuando salió la partera, cesó sus pasos para escuchar que era padre de un varón. 

Horas más tarde, mientras en uno de sus brazos cargaba al bebé, hizo un llamado. Cuando los dos hombres estuvieron nuevamente frente a frente, el silencio se rompió en un abrazo donde al unísono sus voces pronunciaron un “Lo siento”. 

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