Tiempo - RELATO BREVE


Marina manejaba por la ruta después de una jornada laboral intensa. Con su mirada fija en el asfalto y esbozando una plácida sonrisa, escuchaba música buscando distenderse en su camino a casa. Todo había ido bien. Con suerte, y sin demoras, para las 20 hs estaría de regreso. 

Es temprano en la mañana. Marina chequea la hora y mira la presentación de PowerPoint una vez más y le da el último OK. El día transcurre sin tropiezos y entrada la mañana Marina se encuentra frente a los empresarios extranjeros presentando su propuesta comercial. Almorzaba luego mientras festejaba internamente el éxito del encuentro. Intuía y con razón el resultado favorable fruto de tantas horas de arduo trabajo. 

Mira el reloj y no puede creer lo rápido que ha pasado el tiempo. Cuando decide emprender el viaje de regreso se siente plena y confiada. Ahora, en la ruta, con la música que acaricia sus pensamientos, Marina repasa mentalmente el trabajo que le espera al día siguiente. 

A kilómetros de allí, unas horas antes, los padres de Andrés no hacen más que mirarlo. Él descansa acostado, los ojos cerrados y el gesto apacible. Apenas algún ínfimo movimiento de sus labios cada tanto. 

Pasan las horas. La madre toma una de las manos de su hijo entre las suyas. Tiene los ojos apretados, la boca trémula, la cabeza hacia abajo. Los minutos se escurren. El padre cruza un brazo sobre los hombros de su esposa. 

El sol se esconde y Marina aún no ha llegado a casa. Cuando la noche los cubre, se oye un chirrido, llega una luz que encandila y un estrépito. Son las 20 hs. Un médico entra en la habitación de Andrés y dice: - “Hay un donante y es compatible”. 

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