Hace 15 años una anciana de 80 años muere aplastada por los escombros al derrumbarse la planta superior recién construida sobre su antigua casa. Hoy el terreno donde ésta se hallaba se encuentra a la venta.
MONÓLOGO HIJA (21)
Y pensar que solo saqué medio baldecito de arena. ¡Quién iba a pensar que se iba a derrumbar toda la planta alta! A la señora no me la acuerdo bien, la verdad, pero sí sé que me daba miedo. Recuerdo que al pasar por ahí la veía asomada a la ventana y siempre salía un olor desagradable de su casa. Recuerdo también que detrás de ella solo se veía oscuridad.
Mi madre me dice que la señora tenía fama de retraída y solitaria. Nunca se la veía de día, solo salía de su casa por la noche a hacer quien sabe qué. Las malas lenguas dicen que era medio bruja, pero por más que tuviera mala fama, no se merecía ese destino. Igualmente no puedo decir nada de lo que pasó, no quiero que el pasado me arruine la vida.
MONÓLOGO MADRE (55)
Y pensar que le hice dejar medio baldecito de arena a la nena, pero así y todo pasó una desgracia. Eso es por el Karma, esa mujer se lo tenía merecido. Claro que ni me iba a imaginar que se iba a venir la casa abajo ¡por un puñado de arena!
Yo sé de buena fuente que esa mujer siempre andaba en cosas raras y que algo oscuro la rondaba. Una vecina me dijo que la vio hacer brujería una noche, con sangre de gallo, velas negras y esas cosas. Yo en eso no creo, pero igual no me gusta tener cerca a esa clase de personas. No quise tener problemas porque por más que mi hija era chiquita y no tuvo la culpa de nada, seguro que se la iban a agarrar conmigo y con mi familia, por eso nunca dijimos nada.
DIALOGO ENTRE MADRE (55) E HIJA (21)
- Mamá, me enteré que el terreno de la otra cuadra está en venta. Y a un precio inmejorable.
- ¿Qué terreno? ¿El terreno ese?
- Si, ya sé, es raro, medio tétrico, pero está barato.
- No nena, no me parece. Buscá en otro lado.
- Pero ya lo pensamos con Esteban, ¿qué puede pasar? Nada.
- Qué sé yo, nada, no sé. Pero yo no lo compraría, es de mala suerte.
- Nada que ver. Eso es pura superstición.
- Ustedes sabrán, pero yo no te lo aconsejo.
MONÓLOGO NARRADOR TESTIGO (45)
Yo vi a la madre y a la nena, hace 16 años en la puerta de la casa. Estaban cerca del bolsón de arena, y vi que la chiquita se llevó un baldecito con arena, pero nunca imaginé el desenlace que tuvo aquello.
La verdad es que me dio pena lo que le pasó a la mujer, aunque era rara, pero eso no tiene nada que ver. Igualmente, no pude decir nada, porque ¿qué caso tenía? La mujer ya había muerto, no tenía familiares que reclamaran y la madre y la nena no tuvieron la culpa de nada. Fue un accidente. Algo impensado, insólito. Por eso callé, no había nada que decir.
Ahora, de lo que pasó ayer no sé qué pensar. Yo vivo en otro barrio hace años ya. Hoy a la mañana mientras desayunaba me puse a leer el diario y entonces veo una nota que me dejó la piel de gallina. En la misma dirección donde vivía la anciana fallecida, una desgracia volvió a suceder. Una joven pareja se mudó luego de edificar ahí y al día siguiente de haberse mudado aparecen sentados a la mesa, los platos servidos y las luces encendidas. Ubicados en las sillas, permanecían como petrificados con la piel seca, los ojos opacos y las bocas abiertas de las que le brotaban puñados y puñados de arena.

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