El tiempo se hizo carne y se transformó en nosotros.
Nosotros nos embebimos en palabras y fuimos textos.
Acariciamos de alguna forma, la más sentida, los corazones
de nuestros compañeros y de las letras nos valimos para ello.
Afuera el mundo siguió girando y así también la vida
que se abre camino a cada paso, solo, si nosotros la dejamos.
Hagamos vida, vivamos hoy, dejemos huella.
Cae la noche... Brindemos con un libro entre las manos.

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