Escucho pasos. Me doy vuelta y la veo pasar por la puerta de mi cuarto… No dice nada… 3, 2, 1…
- ‘Juan, ¿Cuándo vas a ordenar tu cuarto?’.
Sabía que no se había olvidado.
- ‘Ma, te dije ayer que el viernes tengo prueba de matemáticas’.
- ‘¿Y estás estudiando?’.
- ‘Si, ma. Obvio’.
Dejo a un lado el joystick y me pongo a buscar la carpeta de matemáticas. Como un ninja entró en mi cuarto. Me sobresaltó su voz pegada a mi oreja izquierda mientras agachado miraba debajo de la cama.
- ‘¿Queeeé buscaaaaás Juaaaaan?’, me pregunta con ironía.
- ‘Nada, ma. Se me cayó la birome’.
- ‘¿No será esto… ejemmm, ejemmm, lo que te hace falta…?’.
Saca de entre la ropa limpia, que trae en un cesto azul, la carpeta de matemáticas.
- ‘Ah, no, esa no es. Esa es del cuatrimestre pasado, pero igual dejámela. Gracias’.
- ‘Ah, bueno, ¿y cómo vas?’.
- ‘Bien, ma. Repasando’, le respondo medio podrido ya.
- ‘Ok, igual tenés mañana también. Asique una horita más y después ordená el cuarto querés’.
- ‘Pero…’.
Cuando va de salida se da media vuelta y me mira.
- ‘Dale Juan, a mamá no’. Y me guiña un ojo.
Me tiro en la cama y suelto un bufido. ‘Maaa siiii...’, pienso y me incorporo para agarrar el joystick. ¡No está…! La voz de mi vieja, letal, vengativa, irónica me dice desde la planta baja…
- ‘¡Te olvidaste de apagar el monitor Juaaaaan!’.

Que bueno , me senti identificada
ResponderEliminarFelicitaciones
Jajaja, gracias!
Eliminar