
Candela entró en la escuela nueva con el ánimo aventurero de siempre. No era la primera vez que la cambiaban de escuela. Por mudanzas, más de una vez había pasado por el trance de salir de un ámbito familiar y entrar en uno nuevo y desconocido. ¿Pero qué podía pasar, si la esperaban niños como ella, o no?
Se sorprendió cuando en la fila la empujó el chico de atrás. Se dio vuelta y lo miró. Le dio miedo decirle algo. Era nueva allí y los compañeritos eran todos nuevos para ella. Se volvió hacia adelante y por toda respuesta a su asombro recibió un empujón de la niña de adelante. ‘¿Ningún maestro está mirando?’, ‘¿Qué hago?’, se preguntó.
Candela supo más tarde que decirle a los maestros era peor porque éstos le llamaron la atención a los demás alumnos que solo aumentaron su rechazo por la recién llegada. ¿Pero qué les pasa a estos chicos? ¿Qué les hice?, pensó la nena. ¿Ellos nunca fueron ‘nuevos’ en algún lugar, alguna vez? ¿Qué tiene de malo ser nuevo? ¿Ser ‘viejo’ es mejor?
Y para colmo, cuando van con la mamá a ver a la directora para ver qué se puede hacer con lo que está pasando, la maestra tiene para decirles que ‘si todos los alumnos la dejan de lado será porque ella no se integra’. ¿Cómo se integra una nena que es recibida por sus pares con empujones y burlas sin otro motivo que ser ‘la nueva’? Decir que no todos los maestros son así. Había uno que particularmente era muy amable.
Como Candela era inteligente además tenía
muchos ‘¡Muy bien 10, Felicitado!’, pero eso no era bueno tampoco para sus
compañeros, eso era de ‘traga’. ¿Y eso qué es, ‘traga’? ¿No se puede estar
contenta por hacer bien los deberes, o que te guste sacarte buenas notas? ¿Está
mal? ¿O solo está mal cuando te las sacas vos y no los otros?
Con la llegada de una nueva alumna el año siguiente la niña pensó, ‘Pobre, la van a hacer de lado como a mí’, pero no, no fue así. La aceptaron como una más del grupo, ¿porque la familia tenía plata, porque era rubia, porque era extrovertida? No sé, Candela no se preguntaba todo eso, sólo se preguntaba por qué a ella no la aceptaron? ¿No se daban cuenta que no era cara de culo, que eran timidez su silencio y su semblante…?
Hoy Candela sabe que eso se llama ‘bullying’, que no hay una razón específica y que no es culpa de ella pero que dolió igual, con o sin razón aparente, que eso deja una marca en el corazón de una nena. Ella le preguntó a la mamá una vez al volver del colegio,- que era la mejor parte del día - ’Mamá, ¿por qué no me quieren si yo soy buena?’. La mamá quedó vacía de respuestas, ¿Qué le iba a decir si ni ella lo entendía?
Al final le dijo, ‘hija, vos sos buena, yo te quiero, te amo mucho, ellos están equivocados. Sus papás les tendrían que enseñar a ser buenos también. Y la abrazó fuerte, fuerte, tanto, que las lágrimas no se animaron a salir y se convirtieron en sonrisa.
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