El Tiempo Busca un Lugar - MICRORRELATO


Se escurrió por entre las agujas e intentó salir del bisel que enmarca los números. Lo logró. Se escapó de su encierro disimuladamente pero no pudo esconderse de mí. Vi como se alejaba, deslizándose por la pared primero, por el piso después. Observé como iba admirando aquello que encontraba a su paso, porque era muy diferente ver las cosas de cerca que desde lejos en su pequeña prisión.

Sentí un poco de pena por él, por su ansia de libertad;  quizás me vi reflejado en él. No dejaba de asombrarme la energía que lo empujaba a avanzar, a seguir, pero... ¿a dónde iba? ¿Tenía un rumbo definido? ¿Acaso no desconocía el mundo a causa de su largo cautiverio? No lo supe con seguridad pero dejé de preguntármelo. Quedé absorto en el recorrido de su ser, sin poder apartar mi vista de él.

Luego también me pregunté ¿Por qué ahora? ¿Qué lo hizo querer fugarse? Llegué a pensar que quizás podía haberse sentido a gusto hasta ahora, y que hoy había llegado el momento en el que necesitaba cambiar su existencia. Pero, ¿qué digo? Si él es dueño y señor, él como un Dios inalcanzable, irreprochable, es testigo de toda nuestra vida y también del después, el después de todo. ¿Tendrá él la respuesta de a dónde iremos?

No lo sé. Me doy cuenta de cuán poco sabemos los mortales y de cómo nos pasamos la vida buscando respuestas. ¿Y si en vez de eso nos dedicamos a vivir y disfrutar lo vivido? ¿No será mejor?... Ahí sin querer solté más preguntas. Hoy me animo, me atrevo a seguirlo a él, al Tiempo, a ver adónde me lleva, solo para darme cuenta de que es él quien venía a mi encuentro. Trepó mi piernas, rodeó mi cintura, acarició mi cuello y se adentró en mi mirada. 'Una arruguita más', pensé, luego un tic-tac me sacó de mi ensueño.


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