Cambio de Rutina - MICRORRELATO

 

Un hombre camina por la vereda de un tranquilo barrio porteño. Siente que sus pasos deben tomar un rumbo distinto. No quiere que este día sea igual a tantos otros. Mientras camina, decide poner un pie delante del otro pegados, sin espacio, como si caminara sobre una línea recta invisible a los ojos de todos los demás. Lo toma como un juego al que él mismo se ha invitado.

Va haciendo esto durante su recorrido matutino hacia la panadería. Ve que la gente lo mira extrañada y se dice, ‘¿Por qué solo nos llama la atención lo diferente? ¿Por qué no encontramos también sorpresa en lo cotidiano? Deberíamos hacerlo. Hemos perdido la inocencia, la capacidad de sorprendernos con las pequeñas cosas de la vida. Nuestro niño interior se ha quedado dormido’.

Decide entonces que, dentro de su ‘extraño’ proceder, ya ha caído también en la rutina y por eso ahora la línea sobre la cual camina ya no es recta, sino que posee peligrosas curvas que requieren de mucha destreza y equilibrio. En el recorrido de su deliberado derrotero inventado de de tanto en tanto levanta, a los costados de su cuerpo tambaleante, los brazos a modo de estabilizadores y, ante la amenaza de caerse, se recupera. 

La gente masculla entre dientes al verlo pasar; él sonríe y se concentra en su tarea. De pronto le parece monótono caminar sobre curvas y decide buscar a su alrededor algo que haga su travesía aún más atrevida, más riesgosa. Alcanza a ver en una confitería un espejo y se propone adentrarse en él. ‘¿Cómo he de lograrlo?’, se pregunta, sin saber que con la sola la intención ya está adentro. 

Su imagen se ha tornado de un blanco y negro. Se mira las manos, la ropa y el paisaje circundante; se alegra. '¿Cuál será mi próximo paso?', se pregunta...


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