Reflejo Perdido de mi Alma - MICRORRELATO


Espejo tímido, cuando las luces agonizan, te escondes. ¿No quieres mostrarte acaso? Sin ti no existo, no puedo verme en esta soledad que me rodea. Si no me hallas y no te encuentro, ¿a quién le contaré mis años? ¡Por favor, sal a la luz! ¡Renace de entre las cenizas de antaño! Aquí te espero para que volvamos a sentir el palpitar en nuestros pechos, para que veamos una vez más quiénes somos, sin olvidar quiénes fuimos.

Compañero de vivencias, días y noches, soles abrasadores y lunas eternas. ¿Será que te has ido, o soy yo quien te ha perdido entre las sendas? Sin embargo sigo aquí, al resguardo de estas paredes. ¿Será que ha llegado la hora? Medito, camino sin rumbo en medio de ese torbellino de ideas y te extraño, mi única compañía. Me he reflejado en tu piel tantas veces que una parte de mí se ha quedado en tu cuerpo. No quiero olvidarte. ¡Ven a mi encuentro!

Oigo golpes en la puerta y me lleno de esperanza. Mi corazón se acelera y mis pies se apresuran. Alcanzo la entrada y la puerta me enfrenta. Me reta a abrirla y yo, ¡¿qué más quiero si así es como te veré de nuevo?! Tomo el picaporte entre mis dedos y lo giro; el pestillo no cede. Mi alma se amedrenta. ¿Es que ya no puedo abrirla y dejar que nadie entre? Me temo que la he dejado cerrada demasiado tiempo.

Una voz muy dentro mío me dice algo, apenas puedo escucharla. No estoy seguro de entender lo que dice, hasta que la voz se transforma en grito y sé que es para despertarme de un eterno letargo. Bastaba con querer abrirla, no para dejar entrar tan solo, sino para salir al mundo. Allí me esperabas con los brazos abiertos. Salí, esquivé el abismo de la duda y el desconcierto. Seguro de mi y de mi reflejo, retomé las riendas de mi vida.


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