Abrigo Mutuo - MICRORRELATO


Tenía en la mente mil cosas, ¿o serían más? Quién sabe, todos tenemos esa sensación de estar atiborrados de pensamientos y preocupaciones y cosas pendientes, alguna vez en la vida. Lo importante es saber como seguir y aliviarse.

Esa noche, sin embargo, decidí ir al jardín sin pensarlo, solo porque así lo sentí, porque si uno se pone a pensar mucho las cosas a veces es contraproducente. ¡Ojo, dije a veces! Afuera estaba divino, brisa fresca y renovadora, limpieza del alma.

Escuchaba el cantar de los grillos, miraba la luna y de pronto, oí un maullido. Me dije, ‘un gatito bebé’ . Me puse a buscarlo porque se sentía muy cerca. Lo hallé temblando de frío y acurrucado, muerto de miedo detrás de un arbusto de mi jardín.

Lo tomé entre mis brazos y enseguida demostró gratitud por el calor del abrigo y del corazón. Él y yo lo sentimos así, en ese momento de lucidez para ambos, donde no hubo lugar para dudas. Nos necesitábamos y nos encontramos en una fría noche azul.


Comentarios