La arena rodea la huella, parece contenerla. Sin embargo la pisada es más alta que el resto. Es una marca elevada en el terreno. ¿Qué nos viene a decir esta huella…? ¿Por qué creo que nos quiere decir algo?
Me agacho para verla más de cerca. Oigo susurros. Me adentro en los cientos, miles, ¡millones de granos de piedra molida! De a poco todos me van contando su historia, todas y cada una de ellas son maravillosas porque son únicas.
Yo imagino cada escena y de esa forma viajo, en el tiempo y en el espacio. Recorro distancias y lugares y tiempos impensados. Soy testigo de vivencias y momentos quedaron grabados en las arenas del universo.
Luego de este viaje atemporal son ellas, las pequeñas partículas doradas, quienes se acercan a mi. Me hablan y me piden que les cuente mi historia y así lo hago, con gusto. Cuando termino mi relato, dichosa les doy las gracias por lo compartido y me alejo.
¡Tan vasto es el mar de arena, casi infinito, que me rodea que al marcharme no me percato de que ahora cuenta con un granito más!

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