A usted señor que pasea solo por las calles de mi barrio.
Que se sienta en la placita y pasa horas contemplando.
¿Qué es lo que guardan con recelo sus eternos ojos claros?
Preguntarle ya quisiera más la ausencia de sonrisa me ha callado.
¿Qué secretos sin decir, sin preguntar se ha quedado?
El verde de sus ojos está evitando aun el llanto
puedo verlo, y sentirlo cuando paso a su lado.
Huele a historias, a su amada y a un recuerdo obnubilado.
¿Es aquello lo que guarda? Su amor bien lo ha preservado
para dárselo abrigado cuando la encuentre de nuevo.
La espera no se hunde en las arenas del tiempo.
No hay distancia ni momentos que se queden olvidados.
Ella lo espera dichosa donde se vieron primero,
más allá de los espacios, en ese lugar infinito
en el que las almas se unen para fundir sus destinos.
Que se sienta en la placita y pasa horas contemplando.
¿Qué es lo que guardan con recelo sus eternos ojos claros?
Preguntarle ya quisiera más la ausencia de sonrisa me ha callado.
¿Qué secretos sin decir, sin preguntar se ha quedado?
El verde de sus ojos está evitando aun el llanto
puedo verlo, y sentirlo cuando paso a su lado.
Huele a historias, a su amada y a un recuerdo obnubilado.
¿Es aquello lo que guarda? Su amor bien lo ha preservado
para dárselo abrigado cuando la encuentre de nuevo.
La espera no se hunde en las arenas del tiempo.
No hay distancia ni momentos que se queden olvidados.
Ella lo espera dichosa donde se vieron primero,
más allá de los espacios, en ese lugar infinito
en el que las almas se unen para fundir sus destinos.

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