Batalla Medieval - MICRORRELATO


Los ejércitos estaban enfrentados en la arena, las nubes de polvo quedaron atrás después del galope de la caballería y la marcha de los infantes. Las guarniciones de soldados permanecían ahora esperando la orden para avanzar y atacar.

Defensa y ataque; una misma batalla y dos caras de una misma moneda. Las torres lejanas, atentas a cualquier agresión para repeler al enemigo custodiaban el hogar de los combatientes. Todos apostados para cumplir su rol y defender al rey y al reino.

La marcha silente sobre la superficie amarronada que delimitaba el campo de batalla y los rostros serios de los caminantes a la guerra. De alguna forma todos se sentían marionetas del destino, alguien los comandaba y definía su suerte pero desertar no era una opción, el honor es lo primero.

Calor, viento y uniformes de cuero y metal en una mañana de cielos turquesas. Ningún augurio, ningún indicio, solo un rezo lanzado a los dioses. Como suspendida en el tiempo, la señal para avanzar llegó y comenzó la lucha.

Horas más tarde, una mano tomó un alfil y lo colocó en un escaque estratégicamente. Logró así que nada más fuera posible para el oponente. “Jaque mate”, dijo el comandante ante el monarca vencido ya y las armas cesaron su fragor.

Al otro lado el rey cayó de su trono en una clara actitud de derrota. Victoria entre los caídos para el ejército vencedor y su líder que, con aquellas tajantes palabras, en una día de cielos turquesas, dictó la sentencia definitiva.


Comentarios