los noto agitados en mi mente...
¿Será que quieren liberarse del yugo para
ser libres y andar sus propios caminos?
No es posible, les digo, Ustedes son míos,
y nadie más podrá entenderlos.
Tengo para ustedes un lugar especial,
para los malos y para los buenos.
A los buenos recuerdos los llevo conmigo,
en mi eterno corazón aguerrido
para que alegren mis días y mis noches.
Nada espero de ellos mas que su compañía.
Los malos, esos son los que envenenan.
No quiero a esos guardarlos en mi abrigo.
Quizás se lamenten al oír que, irremediablemente,
el lugar que para ellos tengo es el olvido.
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