Entonces, me despierto súbitamente cuando veo que algo de mí se proyecta en el coche. Es como una sombra que al llegar al suelo toma vida propia y no obedece a mi figura. La veo deslizarse por el vagón y noto que sube y baja por los laterales acercándose a cada uno de los demás viajeros.
Cuando llega a ellos inmediatamente se quedan dormidos y sus cabezas descansan sobre sus pechos. Se escuchan de pronto los silbidos y chiflidos que emanan de sus bocas entreabiertas. Nadie parece notar lo que sucede y de un momento a otro todos los pasajeros se han dormido.
Yo me encuentro más despierta que nunca. Creo que mi sombra ha fagocitado la energía de los otros. Sonrío pero al mismo tiempo me ruborizo pues me siento un poco avergonzad. Sin embargo, no intento despertar a los otros porque no sé qué pasaría si despertaran, ¿Acaso me sumiría yo en sueño profundo?
Cuando dejo de vagar entre mis pensamientos y suposiciones me percato de que un pasajero sube en la próxima estación y, antes de que pueda bajarme ,su sombra se acerca y me besa. Entonces todo se enmudece y una negrura absoluta me invita a dormir.

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